Cannabis y Arte Urbano
Cannabis y Arte Urbano
CULTURA
El cannabis se ha relacionado con la creatividad durante cientos de años. En este artículo, exploramos los vínculos entre el cannabis y el arte urbano. ¿Alguna vez te ha parecido que eres más creativo cuando consumes cannabis, o simplemente confías más en tu talento para crear? ¿Es el arte urbano arte de verdad o vandalismo indescifrable? ¡Sigue leyendo!
Existen muchos vínculos entre el mundo del cannabis y el mundo del arte urbano, también llamado arte callejero. Algunos son tan evidentes que, de hecho, no necesitan explicación; otros son más sutiles, y quizás aún más interesantes de explorar.
De subidón con STAYHIGH 149
Wayne Roberts se convirtió en uno de los grafiteros o escritores de grafiti más famosos e influyentes que surgieron del fértil caldo de cultivo del arte urbano que fue el Nueva York de la década de los 70. Mientras trabajaba como mensajero en Wall Street, en la época anterior a Internet, lo que requería que los trabajos y comunicaciones urgentes se transportasen y entregasen en mano, Roberts se pasaba el día cogiendo trenes en una red de metro que estaba en expansión, donde se inspiró en los autores influyentes PRAY, TAKI 183 y JOE 182. Roberts no tuvo que dedicar mucho tiempo a pensar en qué nombre ponerse. Desde 1969, se le había apodado “Stayhigh”, debido a su consumo diario de unos 28 gramos de cannabis. En 1971, este apodo se convirtió en sutag o firma y, el año siguiente, añadió el número de su calle (siguiendo la tradición de los escritores emergentes), y así nació STAYHIGH 149. La incorporación final, a la que se ha convertido en una de las firmas más conocidas del mundo, fue un muñeco de palitos fumando un porro, inspirado en el logotipo de la popular serie de televisión estadounidense El Santo.
Los magos y los lagartos de Vaughn Bodé
STAYHIGH 149 no fue, ni mucho menos, el único escritor en añadir personajes en su trabajo. Muchos de sus contemporáneos, sobre todo DONDI, ZEPHYR y MARE 139, incorporaron los personajes del artista del cómic underground (y amante del cannabis) Vaughn Bodé en sus obras. Bodé era un colaborador frecuente de revistas y cómics de la contracultura. Sus tiras de cómic presentaban a los personajes que habitaban los mundos que Vaughn había creado y dibujado de niño para escapar de problemático matrimonio de sus padres, y que más tardeadoptó y desarrolló su hijo Mark.
Los Hombres Lagarto, habitantes de su propia planeta y utilizados por Vaughn para ofrecer una dura crítica de la guerra de Vietnam, evolucionaron a partir de dibujos realizados por Mark durante su infancia. En lugar de libros para colorear, practicaba su sombreado en las voluptuosas Bodé Broads o Chicas Bodé . El Cheech Wizard o Mago del Sombrero Amarillo, una figura enigmática cubierta casi del todo por un enorme sombrero de mago amarillo, data de 1957 y quizás sea el personaje más copiado del arte urbano; a día de hoy, sigue apareciendo en numerosas obras.
De tal palo, tal astilla
El chaval que soñaba despierto se convirtió en un hombre que se ha ocupado de cumplir esos sueños. Su visión artística se manifiesta en una creciente variedad de campos: la ilustración, la escritura, el tatuaje, y lo que él llama su “arte de lata de spray”. Los grafitis de Mark siempre han tenido que ver con los personajes y sus paisajes, y no se ve a sí mismo como un “escritor”, a pesar de (o quizás debido a) ser amigo y contemporáneo de muchos escritores de grafiti, incluidos los grandes KEL y SEEN, además de los ya mencionados DONDI, ZEPHYR y MARE 139. Estos artistas fueron los primeros en incorporar los personajes de Bodé en su arte, y los peculiares y carismáticos magos, lagartos y mujeres se han convertido en las figuras más copiadas del mundo del grafiti; cada copia es un homenaje, cada personaje aumenta la población del universo de Bodé . En 2012, Mark expuso en Ámsterdam (cuando tuve la oportunidad de conocerle), donde dejó claro que disfruta del consumo de cannabis recreativo tanto para relajarse como para inspirarse en su trabajo.
Del metro a la cultura de masas: grafitis, Arte Urbano y cannabis
Durante las cuatro décadas desde sus inicios, el grafiti ha vivido – al igual que el consumo de cannabis – tanto un surgimiento en la cultura de masas a través de su uso como fuente de inspiración, como una reacción de las autoridades en un intento de reprimirlo. Las sanciones por los grafitis en Nueva York han aumentado de pena de cárcel de menos de una semana y la obligación de retirar la obra infractora, hasta llegar a cargos de delito grave. Al mismo tiempo, se celebran exposiciones y retrospectivas de los nombres más conocidos en todo el mundo de forma regular. STAYHIGH 149 salió de su retiro en 2000 después de sentirse abrumado por la respuesta de sus admiradores en una exposición en Brooklyn, y volvió a dibujar su “Smoking Saint” (Santo Fumador) a la edad de 50, sin dejar de hacerlo hasta su muerte en 2012.
La confusión de los límites entre grafiti, arte urbano y el buen arte ya había empezado en 1981, y la exposición “New York/New Wave” en la galería PS1 de Nueva York se acepta, generalmente, como el verdadero comienzo de esta redefinición, a veces incómoda, de lo que es arte y lo que es vandalismo. La exposición presentaba a más de una veintena de artistas, entre ellos Jean-Michel Basquiat, Edie Baskin, Keith Haring, Robert Mapplethorpe, Kenny Scharf, Andy Warhol, y los artistas del grafiti ALI, CRASH, DONDI, FAB 5 FREDDY, HAZE, LADY PINK, SEEN, y ZEPHYR. El intercambio fecundo entre los diferentes estilos sigue resultando evidente a día de hoy, y también puede apreciarse la sutil influencia del cannabis. El consumo era tan frecuente por aquel entonces, y entre estos grupos, que pasaba prácticamente inadvertido. Por supuesto, también hubo quien se abstuvo. El más destacado fue quizás Andy Warhol, de que se dice que afirmó, “Creo que la hierba debería ser legal. Yo no fumo, pero me gusta como huele”.
¿De qué modo ha influido el cannabis a estos artistas?
Esta pregunta es, naturalmente, imposible de responder con exactitud. Sin embargo, podemos echar un vistazo a lo que se ha descubierto sobre los efectos del cannabis en la creatividad, e incluso sobre qué partes del cerebro son estimuladas por su consumo, y podemos extrapolar algunas hipótesis con cierta base. Muchos artistas de diferentes campos, del visual a la música y hasta la innovación tecnológica, han dado sus opiniones sobre cómo el cannabis afecta a su creatividad. Entre ellos, el artista de los medios de comunicación Jason Silva (¡el mismo objeto del arte urbano!) dice: “La marihuana es un catalizador cognitivo que puede provocar una mayor creatividad y asociación libre de ideas, un mayor reconocimiento de patrones y que se generen nuevas ideas.” Esta no es una simple opinión personal, ya que se dispone de pruebas sólidas que demuestran que el cannabis estimula la parte del cerebro responsable del reconocimiento de patrones, una herramienta indispensable para la supervivencia humana y la evolución, además de para el arte.
Este aumento de la sensibilidad a los patrones y colores surge en la composición rítmica de las letras que componen las obras más llamativas. Los mejores escritores estaban creando, básicamente, sus propias fuentes y competían para superarse los unos a los otros en cuanto a la forma, el movimiento y la elaboración, y aún así tenían que ser legibles (aunque sólo fuera para los colegas escritores). Una regla básica es que sólo tiene que verse el 50% de una letra para que toda la letra sea reconocible, pero este porcentaje se fue ampliando cada vez más a medida que los estilos se han vuelto más elaborados en los últimos años, desde que las primeras firmas empezaron a decorar los trenes del sistema de metro de Nueva York. Se podría decir que, debido al mejor reconocimiento de patrones causado por una “subida o efecto psicoactivo de la marihuana”, los nombres de los artistas urbanos se leen más fácilmente bajo la influencia del cannabis.
Esta hipótesis, y la que dice que el cannabis estimula la creatividad, está respaldada por una serie de estudios científicos que han mapeado el efecto del cannabis sobre los lóbulos frontales. Esta parte del cerebro se ocupa del pensamiento divergente creativo – pensar “de forma creativa” – y de la estimulación de los impulsos creativos, incluidos el placer, y la sincronización rítmica en las personas que crean música. El aumento de la actividad del lóbulo frontal es un indicador medible de la creatividad. El cannabis, además de mejorar el reconocimiento de patrones, aumenta el flujo de sangre a esta área del cerebro, favoreciéndolo y estimulándolo al mismo tiempo. Es fácil ver cómo esto beneficia a los artistas. El cannabis también puede tener el efecto en muchos usuarios de hacerles sentir menos inhibidos, y más capaces de perderse en el proceso creativo sin sentimientos de auto-conciencia. Aquellos que normalmente se alejan de la pintura o el dibujo, por miedo a las críticas, y que no se describen a sí mismos como artistas, son capaces de entrar en un estado de ánimo más lúdico y propicio para ver dónde les conduce su experimentación artística, en lugar de tener un resultado final en mente que se esfuerzan por lograr.
por Sensi Seeds
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